«Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.»
Luego de varios escritos o artículos de opinión sobre uno de los textos más sublimes del nuevo testamento cristiano como lo es el de la carta del apóstol pablo a los corintos, hablando sobre la importancia del amor en la comunidad eclesiástica, nos encontramos con este nuevo y último desafío, tratar de entender cómo es posible que alguien puede dar todo lo que tiene y aún así no sentir amor en el acto de dadivosidad que refleja, cómo es posible que alguien esté dispuesto a ser quemado, a exponerse como mártir, a llegar hasta la muerte por la misión cristiana y no, no sentir amor. Insistimos, suena curioso que alguien esté dispuesto a entregarlo todo, aún su propia vida y, a pesar de eso, no esté completamente comprometido en amor sincero con lo que hace, sino con sus ideas sobre lo que este cree que es el amor.
Seguir leyendo «UNA IGLESIA QUE NO AMA… sobreactúa solidaridad y pasión.»